domingo, 15 de abril de 2018

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Un caluroso verano una cigarra cantaba sin parar debajo de un árbol. No tenía ganas de trabajar; sólo quería disfrutar del sol y cantar, cantar y cantar.
Un día pasó por allí una hormiga que llevaba a cuestas un grano de trigo muy grande. La cigarra se burló de ella:
-¿Adónde vas con tanto peso? ¡Con el buen día que hace, con tanto calor! Se está mucho mejor aquí, a la sombra cantando y jugando. Estás haciendo el tonto, ji, ji, ji- se rió la cigarra-.No sabes divertirte…
La hormiga no hizo caso y siguió su camino silenciosa y fatigada; pasó todo el verano trabajando y almacenando provisiones para el invierno. Cada vez que venía la cigarra, ésta se reía y le cantaba alguna canción burlona:
-¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar!
Así pasó el verano y llegó el frío.
La hormiga se metió en su hormiguero calentita, con comida suficiente para pasar todo el invierno y se dedicó a jugar y a estar tranquila.
Sin embargo, la cigarra se encontró sin casa y sin comida. No tenía nada para comer y estaba helada de frío. Entonces se acordó de la hormiga y fue a llamar a su puerta.
-Querida señora hormiga, como sé que en tu granero hay provisiones de sobra, vengo a pedirte que me prestes algo para vivir este invierno. Ya te lo devolveré cuando me sea posible.
La hormiga escondió las llaves en su granero y respondió enfadada:
-¿Crees que voy a prestarte lo que me costó ganar con un trabajo inmenso? ¿Qué has hecho, holgazana, durante el verano?
-Ya lo sabes-respondió apenada la cigarra-, a todo el que pasaba yo le cantaba alegremente sin parar un momento.
-Pues ahora, yo como tú puedo cantar: ¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar!
Y dicho esto, le cerró la puerta a la cigarra.
A partir de entonces, la cigarra aprendió a no reírse de nadie y a trabajar un poquito más.
Adaptación de la fábula de La Fontaine


PROCEDIMIENTO DE INTERVENCIÓN. ( LA CIGARRA Y LA HORMIGA)
El profesor leerá en voz alta hasta donde hace referencia a que la cigarra no tenía nada de comer y estaba helada de frío.
1º. Creación del contexto.
Es la historia de una cigarra y una hormiga, la hormiga era muy trabajadora. La cigarra no hace más que cantar todo el día y no hace nada, y encima se burla de la hormiga porque trabaja mucho. La hormiga se pasó todo el verano trabajando y guardando alimentos para cuando llegara el invierno. Y cuando llegó el invierno la hormiga se metió en su hormiguero calentita y con comida suficiente para pasar el invierno y se dedicó todo el invierno a jugar y estar tranquila. Sin embargo la cigarra se encontró sin casa y sin comida. No tenía comida y tenía mucho frío.
2º. Explicita la estructura causal que va a seguir:
Suceso Inicial: Lo que ha pasado es que ahora, la cigarra no tiene ni comida, ni casa y está muerta de frío. ( El problema que se ha de resolver es que la cigarra no tiene casa, ni comida)
Respuesta Interna:
¿Cómo se sentirá la cigarra? Estará triste, con mucha pena,…
Ejecución:
La cigarra fue a casa de la hormiga para pedirle comida pero la hormiga no se la dio. El problema no se solucionó. La cigarra se queda con hambre y tiene frío.
3º. Crea las metas para la lectura:
Vais a leer para ver que se hace para solucionar el problema. Que se hace para que la cigarra deje de tener hambre y tenga casa.
4º Consecuencias:
La cigarra ha aprendido a que no se tiene que reír de nadie, que tiene que ser un poquito más trabajadora.
Entonces se acordó de la hormiga y fue a llamar a su puerta.
-Querida señora hormiga, como sé que en tu granero hay provisiones de sobra, vengo a pedirte que me prestes algo para vivir este invierno. Ya te lo devolveré cuando me sea posible.
La hormiga escondió las llaves en su granero y respondió enfadada:
-¿Crees que voy a prestarte lo que me costó ganar con un trabajo inmenso? ¿Qué has hecho, holgazana, durante el verano?
-Ya lo sabes-respondió apenada la cigarra-, a todo el que pasaba yo le cantaba alegremente sin parar un momento.
-Pues ahora, yo como tú puedo cantar: ¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar!
Y dicho esto, le cerró la puerta a la cigarra.
A partir de entonces, la cigarra aprendió a no reírse de nadie y a trabajar un poquito más.

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